Las hierbas aromáticas no sólo nos protegen a la hora de disminuir la sal en la alimentación, sino también por la cantidad de sustancias benéficas que aportan. En los nuevos lineamientos de la pirámide de dieta mediterránea, se sugiere la inclusión de hierbas y especias como parte de una alimentación saludable.
Desde la antigüedad las especies fueron utilizadas para dar sabor a los platos, conservar y proteger a los alimentos, entre otras cosas. La OMS reconoce el efecto positivo sobre la salud y muestra evidencia científica sobre el poder terapéutico de algunas especies sobre la presión arterial, de efecto antibacteriano, antitumoral y sobre los niveles de lípidos plasmáticos. Algunas de éstas son;
- Ajo, completo para el tratamiento de dislipemias (lípidos elevados ) y prevención de la aterosclerosis;
- Jengibre, profilaxis en caso de náuseas y vómitos. Las personas anticoaguladas y que presentan cálculos biliares deberían evitarlo.
- Cebolla, excelente alimento para la prevención de alteraciones vasculares y en los casos de inapetencia.
- Menta, si bien no existen evidencias científicas se asocia al tratamiento para dispepsia y cólicos intestinales.
- Pimentón, por su contenido en flavonoides, tiene un efecto bactericida, lo que explica por lo que es utilizado para conservar alimentos por más tiempo.
- Albahaca, perejil, orégano, salvia y romero, son ricas en polifenoles y oligoelementos, fitoquímicos de poder antioxidantes.
Siempre es preferible utilizar las hierbas frescas para mantener intacta las propiedades de sus componentes activos.
Pensar a las aromáticas como parte de una alimentación saludable, rica en antioxidantes naturales y principios nutritivos, para condimentar, decorar y resaltar el sabor de las comidas; evitando el exceso y el consumo como automedicación.
Frescas, aromáticas, esenciales, naturales, antiguas y de poder antioxidante, las hay muchas, anímate a utilizarlas en tus comidas.
Lic. Soledad Del Boca – MP. 1998
Área de Nutrición
La Posada del Qenti