Históricamente, las sierras cordobesas -y en especial el Valle de Punilla-. se han destacado como un punto ideal para el tratamiento de enfermedades respiratorias por las cualidades de su aire.
Miguel Cané, director general de La Posada del Qenti, aseguró a El Diario: «El ozono es el desinfectante más potente contra el coronavirus y todo tipo de microorganismos según la Organización Mundial de la Salud. La capacidad del ozono para combatir a los virus se basa en su poder oxidante. Su uso como desinfectante se basa en su poder para oxidar a otros compuestos, al robarles electrones. Esto le convierte en un agente muy eficaz para luchar contra un gran número de microorganismos, aunque no todos son igual de susceptibles. El ozono también es biocida (elimina organismos vivos) debido a su poder oxidante y por ser muy reactivo con proteínas, lípidos, membranas biológicas y, en general, con materia orgánica. Si lo comparamos con otros productos oxidantes es más potente que el cloro, que es un desinfectante tradicional, y la propia agua oxigenada. Esto define al ozono indudablemente como en un posible candidato para limpiar las superficies de coronavirus».
«Estoy convencido que si logramos probar científicamente estas observaciones, el ozono podría ser muy beneficioso para la prevención y cura de esta pandemia en nuestra provincia, nuestro país, y el mundo»; puntualizó.
Antes del descubrimiento de los antibióticos a mediados del siglo XX, las condiciones climáticas de las sierras de Córdoba (por su carga de ozono) permitieron la cura de enfermos de vías respiratorias y en especial la tuberculosis. «El reconocimiento que poseía la terapia climatérica en el tratamiento de la enfermedad creó condiciones para que desde fines del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, se desarrollara en esta zona de Argentina un importante flujo migratorio de «enfermos de pecho», fundamentalmente desde otras provincias del país»; explicó Cané.
Asimismo, también fueron numerosos los pacientes asmáticos (entre ellos, Ernesto «Che» Guevara) que eligieron el Valle de Punilla y los cordones serranos para mitigar los efectos del asma. «Seguramente hay muchísimas personas que acudieron a beneficiarse del poder sanador del aire ozonizado en nuestras sierras de Córdoba, y darán fe como yo, de esta cualidad tan beneficiosa para la salud. Yo nací en 1948, en Pilar (Córdoba), asmático y con riesgo de muerte. Para ese entonces las reconocidas propiedades sanadoras del aire de las sierras hicieron que mi abuelo me llevase muchos fines de semana y las vacaciones completas a Cuesta Blanca, pues ya se conocían los efectos curativos del aire puro y sano para mi enfermedad. Siete años después y dada la benevolencia del aire ozonizado que respiraba, no solo mejoré mi salud, sino me curé definitivamente»; recordó el director general de la Posada del Qenti.
El último punto sobre el que Cané sostiene su tesis, se encuentra vinculado al reciente brote de COVID-19 en Icho Cruz. El virus fue contraído por una mujer en una intervención quirúrgica en el Hospital Italiano de Córdoba, contagiando a su marido y dos de sus tres hijos. La familia no guardó el cuidado correspondiente y tuvo contacto con muchas personas, lo que obligó al Centro de Operaciones de Emergencias a disponer el cerco del barrio Solares por el peligro de un contagio masivo.
«Se realizaron además testeos masivos y no ha habido resultados positivos del virus en ninguno de los más de cuatrocientos test realizados, no produciéndose una gran contaminación masiva, como se preveyó que ocurriría. La atmósfera del Valle de punilla en general, las cercanías de las Altas Cumbres, cuenta probadamente con producción de ozono natural en proporciones más altas que las normales debido a procesos fotoquímicos que se producen, como la desintegración del granito anfíbol (Torio y Uranio) que se encuentra en la superficie de algunas cadenas montañosas y produciendo un cambio en la composición molecular del oxígeno. La molécula se rompe, entregando dos átomos de oxígeno, los cuales luego se recombinan con otras moléculas de oxígeno. Estas moléculas recombinadas contienen tres átomos de oxígeno en vez de dos, lo que origina ozono. De ahí que, en esta crisis sanitaria, se esté recurriendo cada vez más al ozono para la limpieza en profundidad de superficies, como vehículos de personal sanitario o policial, y de instalaciones hospitalarias o edificios públicos; completó.
¿Una alternativa contra el COVID-19?
«El ozono destruye numerosos virus, bacterias y hongos, y es muy eficaz contra la familia de coronavirus. Hay estudios que demuestran que elimina más del 99% de los virus en tan solo 20 segundos. No hay datos aún que certifiquen que elimina el Covid-19, pero sí sabemos que el ozono penetra en la membrana celular y que los coronavirus son sensibles a los agentes oxidantes y, por lo tanto, podemos suponer con las evidencias científicas disponibles hasta la fecha, que se va a dañar el virus y va a quedar destruido. De esta forma, se puede disminuir la carga vírica y evitar su propagación»; reconoció Cané.
Fuente: www.eldiariodecarlospaz.com.ar