El estrés crónico, es decir aquel que es constante y que persiste por un largo periodo de tiempo, puede ser extenuante tanto a nivel físico como psicológico. Si no se trata, exponemos nuestro organismo a consecuencias tales cómo trastornos de ansiedad, insomnio, dolor muscular, alta presión y debilitamiento del sistema inmunitario, entre otros. Algunos estudios apuntan a que el manejo inadecuado del estrés crónico, como comer comidas poco saludables o en exceso para sentirse mejor, ha contribuido a la creciente epidemia de obesidad.
Las consecuencias del estrés crónico son graves, particularmente porque éste contribuye a la ansiedad y la depresión. Las personas que padecen algunas de éstas patologías tienen un riesgo dos veces mayor de tener enfermedades cardíacas que las personas que no tienen estas afecciones. Las investigaciones han demostrado que hay una relación entre el estrés crónico y el abuso de sustancias adictivas. También afecta las relaciones interpersonales, ámbitos familiares, laborales y sociales ya que las personas con estrés presentan mayor irritabilidad, dificultad para la concentración y resolución de problemas.
Claves para un buen manejo del estrés crónico
El estrés crónico se puede tratar con intervenciones adecuadas tales como cambios en el estilo de vida y la conducta, psicoterapia y, en algunos casos, valoración psiquiátrica.
Cambios en el estilo de vida, tomar decisiones sensatas y mejorar la conducta de los hábitos, es necesario para optimizar la salud en general y prevenir el estrés crónico. Tener un orden en cuanto a los horarios de alimentación, horas de sueño y descanso, un equilibrio entre el tiempo de trabajo y tiempo de esparcimiento también ayuda notablemente.
La actividad física es un cambio pequeño pero eficaz en el manejo del estrés y aumenta la producción de endorfinas, que es una sustancia que provoca una sensación de bienestar.
Llevar una alimentación saludable y respetar las horas necesarias de sueño, también pueden ser beneficiosos.
Incluir a la rutina técnicas de relajación y de respiración, prácticas tales como el yoga o mindfulness, ayudan a bajar los niveles de estrés.
Realizar actividades que generen placer y disfrute. Realizar actividades que lo conecten con el momento presente. Aprender a decir que NO también es importante, ya que puede suceder que el estrés aumente por realizar demasiadas tareas y es necesario aprender a establecer límites.
Psicoterapia: Un profesional Psicólogo puede ayudar a superar las barreras que impiden llevar una vida saludable, manejar el estrés de forma eficaz e identificar aquellas conductas y situaciones que aumentan los niveles de estrés de forma constante.
Valoración psiquiátrica: la consulta con un psiquiatra que determine si es necesaria la indicación de algún psicofármaco.
Cabe aclarar que cada caso es particular y único por lo cual el tratamiento para cada caso también lo será.
Lic. Yanina Silvestri
Psicóloga, MP: 7614
La Posada del Qenti