El Índice Cintura Cadera (I.C.C.) es un método simple que, dentro de una obesidad central, sirve para diagnosticar lo que se define como «síndrome metabólico». Una especialista nos enseña a calcularlo.
Hay muchas formas de definir a la obesidad y el sobrepeso. La más común es la que realizan los médicos clínicos y nutricionistas en su consultorio, mediante un círculo medidor del Índice de Masa Corporal (I.M.C.), que correlaciona peso con estatura. Menos conocido, pero más completo, es el Índice Cintura Cadera (I.C.C).
El I.C.C. nos da una valoración para diagnosticar el síndrome metabólico, conformado por la obesidad, la diabetes tipo II, la hipertensión arterial y las dislipemias (trastornos en el colesterol). Según la Organización Mundial de la Salud, este síndrome «es el principal factor de riesgo de las enfermedades cardiovasculares, cuyo resultado es una mortalidad precoz o disminución de expectativa de vida”.
Por todo esto, es obligatorio tratar a la obesidad como una enfermedad y dejar de verla como un rasgo estético. Quien está convencida de eso es ladoctora Gabriela Tortolo, especialista en obesidad y síndrome metabólico de La Posada del Qenti. Intercambiamos con ella algunas preguntas sobre el tema.
¿El I.C.C. es el mejor método para medir la obesidad y el sobrepeso?
El Índice Cintura Cadera es el único método que hoy puede darnos un patrón de riesgo cardiológico dentro de una obesidad central. No es mejor ni peor, pero sí el único (dentro de los más simples) para incluir a una persona con un I.C.C. alterado dentro de obesidad/sobrepeso.
¿Se puede medir en casa o hay que hacerlo en un consultorio?
Se puede medir en casa, pero se recomienda acudir a un especialista para una mejor lectura de los resultados. El índice cintura-cadera se calcula dividiendo el resultado de medir el perímetro de la cintura a la altura de la última costilla flotante entre el resultado de medir el perímetro de la cadera a nivel de los glúteos. Hoy la tecnología nos permite tener mediciones exactas y complementarias mediante el método de escaneo corporal 3D, esta tecnología de última generación permite realizar mediciones, formas y composición volumétrica corporal de forma rápida y certera.
¿Cuáles son los valores de referencia?
En mujeres, un resultado normal que no implique riesgos debe oscilar entre 0’71 y 0’85 cm. En hombres, el resultado debe encontrarse entre 0’78 y 0’94 cm. Valores superiores indicarían obesidad abdominovisceral, lo que implica un riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares.
A simple vista, ¿las mujeres que tienen caderas anchas deben preocuparse? ¿Cuánto es normal y cuánto es excesivo?
Las personas que tienen solamente caderas y muslos anchos, pero torso y cintura pequeñas, tienen obesidad ginoide (conocida como «forma de pera»). Es otro tipo de obesidad que, salvo que esté combinada con la obesidad central, no conlleva a trastornos como sí lo hace la obesidad central. Cuando hablamos de caderas, no existe una medida normal. Solo se trata con cierta actividad física especifica y tratamientos estéticos, para que la persona logre una aceptación de sus formas físicas.
Para eliminar los kilos de más, muchas personas intentan seguir dietas caseras o «mágicas» que las llevan (una y otra vez) a la frustración. Contra todo esto, ¿cómo sería el tratamiento serio y efectivo para combatir la obesidad?
El tratamiento debería ser multi e interdisciplinario. Con manejo estricto en el control de la elección de los alimentos, así como de su cocción, el uso de azúcares poco y nada refinados, el uso de harinas integrales en panificación, pastas y masas. Y, por supuesto, sin agregado de sal con sodio. Debe haber un control nutricional personalizado y, de ser posible, un seguimiento clínico y obesológico. El paciente debería tener la contención psicológica necesaria y de manejo de estrés, con apoyo de fisioterapeutas y profesionales de educación física. Todo tiene que ser manejado en forma individual.
Fuente: entremujeres.com
Dra. Gabriela Tórtolo – MP. 24052
Especialista en obesidad y síndrome metabólico
La Posada del Qenti
Las hierbas aromáticas no sólo nos protegen a la hora de disminuir la sal en la alimentación, sino también por la cantidad de sustancias benéficas que aportan. En los nuevos lineamientos de la pirámide de dieta mediterránea, se sugiere la inclusión de hierbas y especias como parte de una alimentación saludable.
Desde la antigüedad las especies fueron utilizadas para dar sabor a los platos, conservar y proteger a los alimentos, entre otras cosas. La OMS reconoce el efecto positivo sobre la salud y muestra evidencia científica sobre el poder terapéutico de algunas especies sobre la presión arterial, de efecto antibacteriano, antitumoral y sobre los niveles de lípidos plasmáticos. Algunas de éstas son;
- Ajo, completo para el tratamiento de dislipemias (lípidos elevados ) y prevención de la aterosclerosis;
- Jengibre, profilaxis en caso de náuseas y vómitos. Las personas anticoaguladas y que presentan cálculos biliares deberían evitarlo.
- Cebolla, excelente alimento para la prevención de alteraciones vasculares y en los casos de inapetencia.
- Menta, si bien no existen evidencias científicas se asocia al tratamiento para dispepsia y cólicos intestinales.
- Pimentón, por su contenido en flavonoides, tiene un efecto bactericida, lo que explica por lo que es utilizado para conservar alimentos por más tiempo.
- Albahaca, perejil, orégano, salvia y romero, son ricas en polifenoles y oligoelementos, fitoquímicos de poder antioxidantes.
Siempre es preferible utilizar las hierbas frescas para mantener intacta las propiedades de sus componentes activos.
Pensar a las aromáticas como parte de una alimentación saludable, rica en antioxidantes naturales y principios nutritivos, para condimentar, decorar y resaltar el sabor de las comidas; evitando el exceso y el consumo como automedicación.
Frescas, aromáticas, esenciales, naturales, antiguas y de poder antioxidante, las hay muchas, anímate a utilizarlas en tus comidas.
Lic. Soledad Del Boca – MP. 1998
Área de Nutrición
La Posada del Qenti
La vitamina C, conocida como ácido ascórbico, es un nutriente hidrosoluble que se encuentra en ciertos alimentos. Actúa como antioxidante, al ayudar a proteger las células contra los daños causados por los radicales libres, que se generan cuando las moléculas del organismo se dañan por la luz del sol, el humo, la contaminación, el estrés e incluso el mismo hecho de comer y respirar.
El cuerpo necesita vitamina C para producir colágeno, una proteína necesaria para la cicatrización de las heridas. La vitamina C también mejora la absorción del hierro presente en los alimentos de origen vegetal y contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunitario para proteger al cuerpo contra las enfermedades.
¿Cómo podemos incorporarla?
Las frutas y verduras son las mejores fuentes de vitamina C. Para ingerir las cantidades recomendadas de vitamina C, es necesario consumir alimentos variados como: frutas cítricas, pimientos rojos y verdes, kiwi, brócoli, coliflor, repollo, frutillas, papas horneadas y tomates, melón.
El contenido de vitamina C de un alimento podría disminuir al cocinarse o almacenarse por tiempo prolongado, por eso cuanto menor sea la exposición al calor o al agua al cocinar los alimentos, mejor se conserva la vitamina. Afortunadamente, muchas de las mejores fuentes de vitamina C, como las frutas y verduras, se comen crudas.
Quienes comen frutas y verduras en abundancia corren menos riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular, cáncer, o incluso pueden recuperarse más rápido de un resfrio, debido a su alto contenido de antioxidantes, que son los responsables de mejorar el daño oxidativo celular. La OMS, recomienda aumentar el consumo de éstos alimentos a 3 frutas y 2 porciones de verduras al día, preferentemente, una vez al día crudas y otra cocidas.
Lic. Lanzeni Sofia – MP: 3672
Área de Nutrición
La Posada del Qenti
La rutina diaria, la falta de descanso, el estrés y los malos hábitos hacen que al cabo de un tiempo si o si pensemos en tomarnos unas merecidas vacaciones. Una de las opciones clásicas es el All Inclusive, representada por inmensos y lujosos hoteles que como particularidad ofrecen todo tipo de bebidas y comidas las 24 horas. Todo está incluido y ese es el problema. Sin el debido control, disponer de bebidas alcohólicas sin límites y tener al alcance de la mano exquisiteces dulces y saladas a cada minuto, puede convertirse en una trampa letal para el organismo
Es habitual en este tipo de vacaciones dejarse dominar por la gula y cometer excesos que luego detonan en enfermedades o problemas de salud de importancia como gastroenteritis, gastritis ó úlceras, “ataque al hígado”, etc. Ni hablar del aumento del ácido úrico y la glucosa entre otros indicadores que evidencian un alto riesgo para la salud.
Sin embargo, con una correcta educación y auto control, podremos no solo disfrutar sino convertir ese viaje en una experiencia saludable.
- Saber escoger que comidas son las más apropiadas, buscando equilibrar el consumo de fibras, carbohidratos y proteínas, según sugerimos en la Dieta Mediterránea (https://www.qenti.com/aplausos-para-la-dieta-mediterranea/). Además es clave escoger el tipo de alimentación respetando nuestro reloj biológico y el ciclo circadiano (https://www.qenti.com/10-claves-para-estabilizar-nuestro-metabolismo/)
- Mantener el organismo hidratado a través de la ingesta sistemática de agua, evitando gaseosas y jugos artificiales. Si vamos a beber alcohol, que sea moderadamente y siempre acompañándolo con agua. Además podemos aprovechar, en el caso de que los jugos sean con frutas naturales, de disfrutar de ricos licuados en el desayuno y en la merienda, asimismo, esto no reemplaza el consumo de agua que tenemos que realizar en forma permanente, entre 1,5 y 2 litros por día.
- Hacer caminatas por la playa todos los días, por la mañana o por la tarde, además de ejercitar el cuerpo nos invitará a conocer más lugares y disfrutar de amaneceres y atardeceres mágicos. Programa todos los días (al amanecer o atardecer) una caminata intensa o a paso vivo, de por lo menos una hora y esto ayudará a mantener el cuerpo en movimiento.
- Aprovecha todas las actividades físicas que propone el hotel. Muchas veces se realizan actividades lúdicas como por ejemplo beach vóley, wáter polo, zumba, yoga, etc. Es una excelente oportunidad para realizar actividad física y divertirse al mismo tiempo.
- Seguramente el hotel cuente con un gimnasio. Es aconsejable conocerlo el primer día para programar al menos dos visitas al gimnasio por semana, para continuar con tu rutina y mantener así tu mejor estado físico.
- Descansa. Las vacaciones son para recuperar tu mejor estado físico y para ello es fundamental dormir entre 6 a 8 horas por día, no más que eso; el exceso de sueño no es recomendable. Programa tus actividades nocturnas para lograr descansar profundamente respetando esta cantidad de horas sugerida.
- Disfruta a pleno de la naturaleza pero con precaución. Es una gran oportunidad para aprovechar el tiempo en la arena y el mar, sin embargo debes cuidarte del sol con protector solar según tu tipo de piel (https://www.qenti.com/cuidado-de-la-piel/) y en los horarios de baja radiación UV.
Siguiendo estos tips seguramente podrás vivenciar una experiencia más sana y disfrutarás a pleno de tu viaje.
Muchas personas que desean optimizar su experiencia realizan el programa Qentistar de La Posada del Qenti previo a su viaje para poner en orden sus hábitos, mejorar su estado físico y su salud. Así se garantizan que su viaje de vacaciones será positivamente inolvidable. Para mayor información consulte al 0810-345-5656 o escriba a [email protected].
El ácido úrico se eleva ya que es una sustancia formada a partir de purinas (xantina y la hipoxantina) y pueden aparecer porque el mismo organismo las fabrica, pero en su mayoría lo hacen a través de los alimentos que las contienen. Lo normal es que una parte se utilice para regenerar las células del organismo, pero la Esteatosis Hepática (hígado graso) no deja pasar el acido úrico, por lo que puede hacer que se eleve en sangre sin poder ejercer su efecto regenerador y que otra parte se elimine por la orina en forma de acido úrico.
La hiperuricemia es el exceso de ácido úrico en sangre. El acido úrico pasa a través del hígado y entra al torrente sanguíneo. Para mantener valores normales de la sangre, la mayoría es excretado (eliminado) en la orina o pasa a los intestinos.
El problema es que la vía de eliminación natural de acido úrico a través de la orina es muy pobre. Es por esta razón que un exceso de acido úrico en vez de ser eliminado se queda en la sangre provocando la Hiperuricemia. La cantidad se acido úrico que puede quedar circulando en sangre es limitada y aquí es cuando pueden aparecer dos problemas muy comunes:
La cristalización del acido úrico en la orina,formándose cálculos en riñón.
El depósito del ácido úrico en las articulacionesen forma de tofos, que pueden desencadenar ataques de gota.
Para eliminar o bajar el ácido úrico se deberán tener en cuenta diferentes factores de la alimentación. Teniendo en cuenta todos los factores que influyen en la formación del ácidoúrico, pero también en la eliminación.
Para incrementar la eliminación del acido úrico por orina se deberá tener en cuenta el PH de la orina según los alimentos o incluso los medicamentos que se ingieran. Si el PH es acido se elimina poca cantidad de acido úrico. La manera habitual de alimentarse hoy hace que la orina sea muy acida. Se debe tener cuidado con las dietas restrictivas ya que al perder peso el organismo produce cuerpos cetonicos, estos acidifican el PH de la orina y además compiten con el acido úrico para ser eliminados
Se encuentran alimentos ricos en Purinas como lo son las vísceras, patés, embutidos, pescado azul y mariscos. Luego están las carnes rojas y de caza, habas, lentejas. En menor cantidad las carnes blancas, legumbres, coliflor, espárragos, espinacas y setas. Y en muy poca cantidad los lácteos, tubérculos, raíces, cereales refinados (sin germen) y frutas.
Nutricionalmente se recomienda respetar las porciones de los alimentos mencionados. Siendo, también, importante la cocción y preparación de los mismos. Teniendo en cuenta que son solubles en agua por lo que es importante dejarlos en remojo y hervirlos con mucha agua así las purinas habrán pasado al agua.
Se debe aumentar la ingesta de agua y líquidos de la dieta.
Evitar el sobrepeso y la obesidad para que sea menor la producción endógena de acido úrico
Evitar los ayunos. Consumir algas y frutos secos en cantidades controladas. Procurar una alimentación rica en calcio. Moderar o evitar el consumo de sal. Es imprescindible eliminar la ingesta de alcohol.
La dieta es un factor importante a tener en cuenta para conseguir bajar el acido úrico en la sangre y para ello es fundamental el papel del Nutricionista.
Dra. Gabriela Tórtolo – MP. 24052
Especialista en síndrome metabólico
La Posada del Qenti
El metabolismo es un conjunto de reacciones químicas que ocurre en las células de nuestro cuerpo. Este proceso, que se desarrolla continuamente, es el encargado de transformar la energía que contienen los alimentos que ingerimos en el combustible que pone en funcionamiento a todos nuestros órganos. Conocer el funcionamiento de nuestro metabolismo es clave para optar por hábitos que llenen nuestros días de energía saludable.
Muchos problemas de salud tienen su origen en una alteración en la dinámica del metabolismo, que puede verse modificada por factores diversos, pero principalmente por no implementar ni sostener en el tiempo buenos hábitos alimentarios, el descanso adecuado y una actividad física acorde a la edad.
Un ciclo saludable
Para conservar nuestro metabolismo estable es importante poder organizar los hábitos alimentarios en base al ciclo circadiano: el reloj biológico humano que coincide con los estados de sueño y vigilia y que regula las funciones fisiológicas del organismo para que sigan un ciclo regular que se repite cada 24 horas.
Durante el desayuno y el almuerzo nuestro metabolismo está en su máxima expresión, utilizando casi la totalidad de lo que ingerimos como energía y captando todo lo que ingresa para absorberlo. Por eso, es este el momento ideal para consumir alimentos que en otros horarios necesitaríamos restringir.
Por el contrario, durante la merienda y la cena el metabolismo está entrando en reposo y absorbe la mayor cantidad de la ingesta incorporándola como reserva grasa. Por este motivo, si durante el desayuno y el almuerzo no consumimos alimentos que el organismo reconoce necesarios para ahorrar como reserva, lo va a hacer en este horario, alterando el metabolismo.
La gran noticia es que nuestros hábitos diarios pueden marcar una importante diferencia en nuestra calidad de vida. Para ello, resulta clave:
- Crear y sostener en el tiempo buenos hábitos alimentarios
- Mantener un descanso de calidad.
- Realizar la actividad física recomendada para la edad.
Por eso, para que toda la familia comience a sumar rutinas saludables que activen el metabolismo, es importante tener en cuenta algunas recomendaciones.
Lo que nos nutre
Los buenos hábitos alimentarios empiezan en la infancia y tienen beneficios a largo plazo, como la reducción del riesgo de presentar sobrepeso y de sufrir enfermedades no transmisibles en etapas posteriores de la vida (como la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer).
Si bien la composición de una alimentación equilibrada depende de las necesidades de cada persona, incorporar el consumo de frutas, verduras, legumbres, frutos secos y cereales integrales, junto a la reducción del consumo de azúcares, sal y grasas, son buenas medidas para que adopten todos los miembros de la familia.
Siempre en movimiento
Dejar de lado el sedentarismo, es un desafío para muchos, pero fundamental para el control de peso y el equilibrio energético. La ciencia ha demostrado que la actividad física regular en niveles adecuados, mejora el estado muscular, cardiorrespiratorio, óseo y funcional.
Un punto a tener presente cuando realizamos ejercicio, es la reposición de los líquidos que se pierden a través de la sudoración, el principal mecanismo de termorregulación corporal. En este proceso, junto con el agua se pierden electrolitos, siendo los más importantes el sodio y el potasio, fundamentales para el equilibrio celular (homeostasis). Podemos contrarrestar este efecto, bebiendo agua y otras sustancias hidratantes.
Las caminatas, los paseos en bicicleta y las actividades recreativas al aire libre, pueden ser una buena oportunidad para cumplir con la cuota diaria de movimiento necesaria para sentirnos bien.
El descanso reparador
Si bien solemos relacionar el descanso con una actividad pasiva, los cierto es que el sueño es una función fundamental para mantener a nuestra mente y a nuestro cuerpo alertas, activos y saludables.
Fundamental para este proceso es la melatonina, una hormona que envía información a los distintos órganos del cuerpo, regulando las fases circadianas. Algunos alimentos que poseen triptófano—el ácido que sintetiza la melatonina— puede que sean ricos en esta hormona. Entre estos se encuentran las carnes (especialmente el pollo y el pavo), la leche y productos lácteos, las algas, los cereales (maíz, avena, arroz, trigo, cebada), las semillas secas de algunas frutas y hortalizas, los frutos secos (nueces). También puede hallarse en las frutas, verduras y hortalizas (manzanas, granada, cereza, plátano, cebollas, tomates y jengibre).
Otro punto importante, es prestar atención a la continuidad, duración y profundidad de nuestro descanso, lo que permitirá crear el ambiente y las condiciones necesarias para hacer de ese, un momento restaurador.
Destacados
Muchos problemas de salud tienen su origen en una alteración en la dinámica del metabolismo, que puede verse modificada por no implementar ni sostener en el tiempo buenos hábitos alimentarios, el descanso adecuado y una actividad física acorde a la edad.
Nuestros hábitos diarios pueden marcar una importante diferencia en nuestra calidad de vida.
Dra. Gabriela Tórtolo – MP. 24052
Especialista en síndrome metabólico
La Posada del Qenti