En el mundo se calcula que la obesidad es causa de 4 millones de muertes al año. Asimismo, gran parte de la carga de enfermedades no transmisibles pueden atribuirse al exceso de peso, como el caso de la diabetes, las cardiopatías isquémicas, y ciertos tipos de cánceres. Existe vasta evidencia acerca de la asociación entre el consumo de bebidas azucaradas y enfermedad cardiovascular, diabetes, síndrome metabólico y muerte.
En los últimos 20 años el consumo de gaseosas y jugos en polvo se duplicó en nuestro país. Esta evidencia local es concordante con el reporte de la Organización Panamericana de la Salud que muestra que Argentina, Chile y México lideran las ventas anuales per cápita de productos ultra procesados en la región.
En cuanto al consumo de azúcar, Argentina se encuentra en el cuarto lugar de mayor consumo de azúcares del mundo, con alrededor de 150 gr (30 cucharaditas de azúcar), para un recomendado máximo de 50 g (10 cucharaditas). Las bebidas azucaradas representan aproximadamente el 40% de este consumo, lo que se correlaciona con el hecho de que Argentina lidera el consumo mundial de gaseosas con 131 litros per cápita.
La mitad de nuestra hidratación está compuesta por bebidas que contienen grandes cantidades de azúcar, como gaseosas, aguas saborizadas, bebidas deportivas y jugos artificiales.
Teniendo en cuenta el valor máximo de azúcar por dia (10 cucharaditas), sabemos que tomando un vaso de gaseosa cubrimos más de la mitad de ese valor. Pero las bebidas gaseosas son, hoy en día, una de las bebidas más consumidas en todo el mundo, especialmente entre la población joven. El consumo comienza a muy temprana edad y aumenta durante la adolescencia.
Estas bebidas además del riesgo de las otras enfermedades que habíamos nombrado anteriormente, aumentan el riesgo de osteoporosis, problemas dentales y renales.
¿Cómo podemos encontrar el azúcar en las bebidas azucaradas?
Al leer los ingredientes en el producto podemos encontrar una variedad de nombres diferentes: azúcar, sacarosa, glucosa, fructosa, dextrosa, el jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF), etc.
Puede suceder que no solo encontremos esto en las gaseosas y jugos, sino también en bebidas lácteas, como chocolatadas o yogures, y bebidas vegetales de marcas reconocidas, que forman parte de nuestra vida cotidiana asimilando que por tener vitaminas y minerales fortificados son más saludables ignorando algunos ingredientes perjudiciales.
Limitando el consumo de bebidas azucaradas y aumentando el consumo de agua segura prevenimos la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
Lic. María Belén Soria Urizar – MP 4047
Área de Nutrición
La Posada del Qenti